Valor del
patrimonio
A lo largo
de la historia de la humanidad el arte se ha hecho presente de diferentes
formas, aunque es preciso puntualizar que en su mayoría, lo que consideramos -objetos
de arte- no eran considerados como tal en su época; esto lo hacemos desde el momento
contemporáneo mirando en retrospectiva, con otra perspectiva y otro contexto.
Vasija de la cultura Chavin: fuente https://www.arqueologiadelperu.com/chavin-de-huantar-2/ |
Es por esto
que aquellos objetos en realidad nunca podrán ser comprendidos y experimentados
por nosotros; la categoría de espectador
es la que se va fortaleciendo en tanto que somos meros espectadores de un vestigio
material histórico.
Sin embargo,
la fortaleza radica justamente en que podemos observarlos desde una perspectiva
global y entender cómo fueron
participes de la vida.
El arte
colonial en Chile es aún objeto de investigación; si acaso existe arte o no,
colonial en Chile es una de las grandes ideas que se está poniendo en cuestión frente
a la tradicional aseveración de que rotundamente -no hubo arte colonial en chile- y el que habría existido lo
trajeron de las grandes urbes coloniales como Quito y Cusco. No es menor esto
que acabamos de mencionar; la problematización de diferentes consideraciones.
Visitas observando la exhibición de la serie de San Francisco en el Museo del mismo Santo. fuente http://www.registromuseoschile.cl/663/w3-article-50715.html |
En el Museo
San Francisco, ubicado en pleno Santiago centro se alberga la colección mas
grande y completa de arte colonial de Latinoamérica; en esta se observa en 54
pinturas perfectamente conservadas cómo era la vida de San Francisco; la aparición
de la virgen a San Francisco, San Francisco calmando la tempestad y Un ángel
confortando a San Francisco son algunos de los títulos de los cuadros que
alberga la exposición permanente.
Este mismo
museo es constantemente atacado (junto con otros lugares de conservación patrimonial)
por diferentes jóvenes que tienen profundas animadversiones con la institución de
la iglesia católica.
Esto se
convierte en un problema ya que lo que se quema y pierde no podemos restaurarlo
ni imitarlo por su valor en sí mismo; una pieza de historia.
Ese joven
incendiario posiblemente imaginó hacer daño a la iglesia (como institución y
sus iconos) sin embargo todo aquel que a futuro quisiera desentrañar la
historia y dar cuenta de cómo fuimos engañados, evangelizados, normados y
criados a través del análisis de las obras, documentos históricos y otros, se
encontrará usualmente con la noticia de “fue vandalizado”, “lo destruyeron”,
etc.
No existe
una conciencia de que aquello que está presente es para ser parte de nuestra
vida pero que además tenemos el control de poder hacerlo críticamente.
Personalmente,
cuando entro a una iglesia en ningún caso me siento iluminada por un ser divino
ni llamada a colaborar con las ideas religiosas, sin embargo, hay una inmensa cercanía
y relación entre eso en lo que ya no creemos pero que sí formó parte absoluta
del mundo tal como lo conocemos y aun lo está, por lo que entender cómo
funcionó y de qué manera lo fuimos aceptando nos presentaría un panorama
completamente mas claro sobre quién somos y quién esperamos ser.
Es similar
a lo que se ven enfrentados los padres cuando prefieren decir “No!, porque no” a sus hijos en vez de
explicar las verdaderas razones de la corrección; desgastante, pero que construye
criterio, perspectiva y en el mejor de los casos, oposición y rebeldía ante los
argumentos planteados por el p/madre ergo, un interés en contraargumentar.
Comprender la
importancia del patrimonio (material o inmaterial) resulta ser un elemento básico,
críticamente propenso a desaparecer, para re-construir debilidades y fortalezas
de un pasado arduo, para la construcción de un futuro promisorio, con el cual
siempre debiésemos soñar y para que no nos vuelvan a contar la misma historia
pero con otros colores.
Fundacion de Santiago, 1888. Pedro Lira. actualmente parte de la colección del MNBA pero exhibido en el MHN. |
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